Existe la creencia de que solo los adultos pueden sufrir un ictus o accidente cerebrovascular, sin embargo, ya se conoce que puede ocurrir también en niños, adolescentes, bebés, incluso bebés que aún no han nacido; es más el riesgo de ictus en los niños es mayor en el primer año de vida y durante el período justo antes y después del nacimiento, encontrándose entre las 10 principales causas de muerte en niños. Por esto y por otros factores que veremos en esta entrada es importante reconocerlo cuando sucede.
¿Qué es un ictus?
Es la rotura y obstrucción de vasos sanguíneos, arteriales o venosos del cerebro que dan lugar a un daño neurológico, es decir, al daño del cerebro por interrupción del riego sanguíneo. Si es por rotura se conoce como hemorragia cerebral y si es por obstrucción, debido a la formación de un coágulo sanguíneo, se conoce como isquémico.
¿Qué factores de riesgo existen?
Los factores de riesgo que predisponen al niño a sufrir un accidente cerebrovascular incluyen algunas de las siguientes patologías:
– Problemas cardíacos congénitos o malformaciones arteriovenosas.
– Enfermedades de la sangre como la hemofilia o la leucemia.
– Infecciones como el virus de la varicela.
– Deficiencias de ácido fólico o vitamina B21.
–Golpes fuertes en la cabeza y cuello.
– Consumo de drogas y ciertos fármacos en adolescentes, como los anticonceptivos orales.
- Rotura prematura de la membrana durante el embarazo.
- Presión arterial alta relacionada con el embarazo en la madre.
Sin embargo, el ictus en niños suele aparecer por múltiples factores que aún continúan siendo objeto de estudio.
¿Qué síntomas muestra el niño?
Más importante que centrarse en los factores de riesgo que se cumple, es centrarse en lo que podemos “controlar” que en este caso sería el poder identificar la sintomatología que presenta el niño. Cuanto antes se detecte la sintomatología antes se podrá intervenir, siendo esto crucial para la posterior recuperación neurológica y neuropsicológica.
Entre los síntomas que presenta un niño que está teniendo un accidente cerebrovascular o ictus se encuentran:
-Vómitos.
-Pérdida de equilibrio.
-Utilización de una sola parte del cuerpo (se percibe una evidente parálisis).
-Dolores de cabeza muy fuertes de comienzo brusco.
-Convulsiones.
-Dificultades en el habla (si ya existe fluidez verbal).
Posibles secuelas y recuperación
Entre las secuelas que pueden aparecer tras un ictus infantil se encuentran:
- Problemas en el habla.
- Alteraciones de la percepción visual.
-Déficits motores (imposibilidad para andar o hacerlo como lo hacía antes).
-Cambios comportamentales.
- Falta de control de las emociones.
-Alteración del estado de ánimo por exceso o por defecto.
-Dificultades escolares
-Dificultades cognitivas (atención, memoria, aprendizaje, planificación, organización, control de impulsos…)
Para detectar estas secuelas es importante realizar un examen neurológico completo y una valoración neuropsicológica que determine el lugar de la lesión y el alcance de las secuelas a nivel cognitivo, emocional y social; esto guiará la rehabilitación cerebral del niño para poder recuperar las funciones que han resultado dañadas tras la isquemia o hemorragia. Cuanto antes se empiece a trabajar en las secuelas menos rigidez presentarán a ese cambio positivo que esperamos llegue lo antes posible.
Hay que tener en cuenta que la rehabilitación neuropsicológica de las secuelas es un proceso largo, hay que tener paciencia, confiar y motivar al niño, ya que lo que va a parecer para sus allegados pequeños logros resultarán ser grandes triunfos para él/ella. Por otro lado es de interés mencionar, que la recuperación es más rápida si se acude a profesionales que valoren su caso y le realicen un programa de rehabilitación individual basado en sus puntos fuertes y débiles.
Aunque un ictus resulta agresivo tanto para niños como para adultos, los niños se recuperan mejor que los adultos porque su cerebro se encuentra en desarrollo, su sistema nervioso es más flexible y tienen una mayor plasticidad cerebral y capacidad de sobreponerse. En investigaciones sobre el lenguaje en niños se ha encontrado que ante un ictus, otras neuronas pueden asumir el trabajo de sus compañeras que han quedado dañadas; este fenómeno se conoce como reorganización cerebral.
Con la atención médica adecuada, neuropsicólogo, fisioterapeuta y logopeda (según necesidad), la mayoría de niños que sobreviven a un accidente cerebrovascular recuperan un alto porcentaje de las funciones que se dañaron.
"Una vida salvada merece ser vivida" FEDACE.
Muchas gracias por leerme, espero que os haya gustado este acercamiento al ictus infantil. ¡Hasta la próxima entrada!
Bibliografía consultada
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